Swisscontact se prepara para la siguiente década. Heinrich M. Lanz, presidente del Consejo de la Fundación, y Samuel Bon, CEO, explican cómo aprovecha la organización las fortalezas existentes y cómo se prepara para los desafíos y las oportunidades venideras.
Señor Lanz, en noviembre de 2017 estuvo usted en Albania y en Kosovo. ¿Cuáles fueron sus impresiones?
Heinrich M. Lanz: Esta fue mi primera visita a los Balcanes occidentales, y obtuve una gran perspectiva de las actividades de Swisscontact en la región. También adquirí mucha información contextual en mis interacciones con los representantes suizos allá. En Albania visitamos una incubadora de empresas que cuenta con el apoyo de la Secretaría de Estado de Asuntos Económicos de Suiza (SECO) y del Programa Suizo de Emprendimiento (Swiss EP). Quedé muy impresionado por las jóvenes empresarias que conocí allá. Por ejemplo, una de ellas, de 22 años, elabora galletas siguiendo las recetas tradicionales, y las comercializa en línea. Ya emplea a dos personas. Esto por supuesto es un paso pequeño para un país cuya tasa de desempleo juvenil es de 33%, pero al menos es un indicio de futuros prospectos. Los padres de esta joven estuvieron de acuerdo en que ella iniciara este negocio en vez de ir a la universidad. Hasta hace poco, esto hubiera sido inimaginable en Albania.
Samuel Bon, ¿cuáles acontecimientos del año pasado le impresionaron más?
Samuel Bon: En la primavera concluimos nuestro último proyecto a gran escala en Sudáfrica, y cerramos nuestra oficina en Pretoria. Mantendremos nuestra presencia en Sudáfrica y seguirá habiendo un representante a través del mandato de SECO para la promoción de importaciones (SIPPO). Tras varios años de estar allá, despedirnos de nuestro equipo fue un momento muy emotivo. Por otra parte, fue muy satisfactorio ver que logramos concluir con éxito y de manera sostenible grandes proyectos en áreas como la fabricación de ladrillos y el emprendimiento juvenil, y que los dejamos en manos de socios locales. Queremos fortalecer las economías locales y a sus actores, y en Sudáfrica sin duda lo logramos.
El lanzamiento del Programa Suizo de Promoción de Importaciones (SIPPO) en abril de 2017 es un hito para Swisscontact. ¿Podría explicarnos por qué es tan importante ese programa?
Heinrich M. Lanz: El objetivo de Swisscontact en todos sus proyectos es habilitar a las PYME y a los pequeños agricultores para que logren llevar productos competitivos al mercado. Tarde o temprano surge la pregunta de si estos productos son exportables, y si queremos exportarlos será necesario que alguien los importe. Desde este ángulo, el enfoque de SIPPO en la creación de capacidad de exportación es la continuación lógica de las actividades de Swisscontact para crear y fortalecer las cadenas de valor sostenibles.
En septiembre, Swisscontact organizó una conferencia para representantes del sector público y privado a fin de analizar el turismo sostenible. ¿Qué recoge usted de ese evento?
Heinrich M. Lanz: El turismo sostenible constituye una oportunidad para que los países en vías de desarrollo fomenten el desarrollo local, generen empleos y atraigan divisas. Se vuelve problemático cuando el turismo no está arraigado en la economía local y provoca perjuicios ambientales, sociales o culturales. Durante el debate en el estrado, fueron varios los panelistas que expresaron muy claramente esta preocupación.
En 2017, el volumen de proyectos de Swisscontact alcanzó por primera vez cien millones de francos suizos, por lo cual se ha convertido en una de las principales organizaciones de Suiza para el desarrollo internacional. Sin embargo, Swisscontact sigue siendo relativamente desconocida para el público. ¿A qué se debe?
Samuel Bon: Swisscontact es una fundación privada. Eso es lo que nos diferencia de otras organizaciones suizas para el desarrollo que son más conocidas, y que por lo regular son asociaciones u organizaciones de miembros. Nosotros no realizamos campañas de recaudación de fondos públicos. El gobierno suizo —mediante SECO y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), así como otros gobiernos— emite licitaciones públicas que ganamos en un proceso competitivo. También implementamos proyectos financiados por corporaciones y fundaciones de donantes privados. El hecho de que en los últimos años hayamos podido ganar algunos contratos muy importantes demuestra que nuestros donantes confían en nosotros y que somos una organización confiable y competitiva.
Los socios más cercanos de Swisscontact son los donantes públicos en Suiza, aun así, la organización aspira a diversificar su cartera. ¿Qué se necesita para lograrlo?
Samuel Bon: Valoramos mucho la colaboración constructiva basada en el diálogo, tal como la tenemos con COSUDE y con SECO. Como organización que tiene su sede en Suiza, esperamos seguir haciendo importantes aportes a las metas de desarrollo del Gobierno Federal de Suiza. Sin embargo, queremos mantener diversificadas nuestras fuentes de financiamiento en dos niveles: primero, mediante proyectos con financiamiento privado, y segundo, a través de mandatos internacionales y multilaterales. Para lograrlo, tendremos que aumentar nuestra colaboración con socios internacionales, como miembros de consorcios, y profesionalizar aún más la administración de contratos.
La digitalización fue un tema que se discutió mucho en 2017. ¿Qué significado tiene esto para la cooperación internacional para el desarrollo?
Heinrich M. Lanz: La digitalización permite soluciones que en los países en desarrollo pueden ser muy significativas para los segmentos poblacionales pobres y en pobreza extrema. Un ejemplo muy conocido es el uso de teléfonos móviles para hacer transferencias monetarias y otras transacciones bancarias. Esto desencadena múltiples impulsos para el desarrollo, especialmente en áreas remotas. Yo apostaría a que las tecnologías blockchain o cadenas de bloques podrían desencadenar desarrollos innovadores similares, sobre todo en el sector de las microfinanzas.
¿Podría decirse que Swisscontact es una organización bien posicionada en términos de infraestructura digital?
Samuel Bon: Hemos invertido internamente cantidades significativas en la colaboración virtual y también hemos fomentado la transferencia de conocimientos. Esto nos permite capitalizar las innovaciones y soluciones técnicas para nuestros proyectos en los Balcanes occidentales, Asia, África y las Américas.
No hay nada más constante que el cambio. ¿Cómo cambió del Consejo de la Fundación en 2017?
Heinrich M. Lanz: En mayo de 2017, Wilhelm B. Jaggi, Marc Furrer, y la miembro del Consejo Nacional Suizo, Elisabeth Schneider-Schneiter, se retiraron del Consejo de la Fundación. Paul Hälg y Rudolf Schmid fueron elegidos como nuevos integrantes del Consejo. Quiero darles la bienvenida y espero con entusiasmo su colaboración. A los miembros que se retiraron también queremos agradecerles su compromiso con Swisscontact y esperamos que sigan colaborando con nuestra organización.
Swisscontact lanzará en 2018 su estrategia para 2020-2030. ¿Puede usted revelarnos a dónde se encamina?
Samuel Bon: En 2019 Swisscontact cumplirá 60 años. Eso es un hito importante que debemos aprovechar para pensar en nuestro futuro. Alinearemos nuestra estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Por supuesto, nos mantendremos fieles a nuestra misión porque sigue siendo relevante reducir la pobreza en los países en desarrollo sobre la base de apoyar empresas competitivas que además sean responsables en lo social y lo ambiental. Nos guiaremos por lo siguiente: primero, como se mencionó antes, vamos a aumentar la implementación de nuevas tecnologías; segundo, vamos a expandir nuestro trabajo en redes e iniciativas conjuntas. Son muchas las ONG que siguen trabajando con una mentalidad de silo. Las alianzas estratégicas están siendo cada vez más importantes. Finalmente, seguiremos invirtiendo de manera cada vez más sostenible en la promoción del talento joven.
¿Cómo se evalúan estos desarrollos en el Consejo de la Fundación?
Heinrich M. Lanz: Acogemos con entusiasmo el compromiso franco y anticipado de la Junta Directiva de asumir estos cambios en el entorno globlal de Swisscontact. En este proceso, estamos muy vinculados el Comité del Consejo de la Fundación y yo. Tengo la sensación de que, en los próximos años, para Swisscontact aumentarán aún más la velocidad y la amplitud de esos cambios tan importantes. Estamos haciendo todo lo posible para garantizar un futuro seguro para Swisscontact, aprovechando las fortalezas de nuestra organización. Quizá la más importante de esas fortalezas sea la capacidad demostrada de Swisscontact, gracias a su larga experiencia, de lograr impactos verdaderos en sus proyectos, que implementamos con gran profesionalismo y a menudo en contextos difíciles. Eso es lo que nuestros donantes pueden y deben esperar de nosotros.
Entrevista realizada por Katrin Schnellmann
Swisscontact
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