Tras el terremoto ocurrido en Nepal en 2015, la reconstrucción se ha estancado por la sencilla razón de que no hay suficientes trabajadores calificados de la construcción. Al identificar esta necesidad, Swisscontact recibió financiamento para capacitar a 600 trabajadores de la construcción y a 400 albañiles en el distrito Sindhuli. Ahora, esos trabajadores no solamente tienen ingresos, sino que están ayudando en la reconstrucción y retornando a su vida normal.
A comienzos de 2015, los habitantes del distrito Sindhuli en Nepal se sentían optimistas. Había una nueva carretera que comunicaba la región con Katmandú, de modo que el trayecto a la capital se había reducido de 400 a 185 kilómetros. Eso disminuyó los costos de transportar mercancías y medicamentos, y facilitó el acceso a la educación. Para los 300,000 habitantes de la región eso significaba el comienzo de un rápido desarrollo. La nueva carretera representaba un camino para salir de la pobreza.
Todo cambió el 25 de abril de 2015, cuando ocurrió el terremoto. En Sindhuli fueron destruidas más de 34,000 viviendas, y la nueva carretera quedó sumamente dañada, lo que ocasionó que se interrumpiera el suministro de alimentos y medicamentos a esa región montañosa. Sindhuli fue una de las 14 regiones más dañadas de Nepal. Pese a la magnitud de las necesidades, la única organización humanitaria presente era la Cruz Roja de Nepal. La reconstrucción comenzó lentamente. En Sindhuli sólo se contaba con 150 albañiles capacitados para reconstruir viviendas sismo resistentes; se determinó que era necesario capacitar a 4,200 trabajadores para apoyar en las tareas de reconstrucción.
Con el propósito de contribuir a cubrir esta falta de trabajadores calificados, Swisscontact, con financiamiento de Swiss Solidarity, lanzó un programa para las personas que habían perdido sus viviendas a raíz del terremoto. Durante el programa de capacitación, que duró 50 días, participantes que trabajaban en grupos de 10, reconstruyeron la vivienda de un miembro del grupo. De ese modo aprendieron sobre la marcha cada uno de los pasos que se requieren para reconstruir viviendas a prueba de terremotos.
De las 600 personas que participaron en la capacitación, más de un tercio (224) eran mujeres. Dado que son muchos los hombres que se van a trabajar al extranjero, las mujeres están cumpliendo funciones muy importantes en la reconstrucción del área. Swisscontact organizó además capacitación avanzada para 400 albañiles profesionales a fin de ampliar sus destrezas en la construcción sismo resistente. Más del 80% de los graduados siguen trabajando en el sector de la construcción, incluso después de haber construido sus propias viviendas. A esas personas que ahora cuentan con nuevas capacidades, no les faltan el trabajo ni las oportunidades.
Además de la capacitación, Swisscontact fue la única organización que lanzó una campaña de sensibilización en el tema de la reconstrucción dirigida a los propietarios de viviendas. Las iniciativas fueron varias: desde eventos informativos en poblados pequeños hasta un programa nacional de TV. El objetivo de la campaña era mejorar las habilidades de las personas en la construcción sismo resistente para garantizar que en el futuro estén mejor preparadas para enfrentar cualquier catástrofe natural.
El proyecto de Swisscontact en Nepal “Habilidades para una Reconstrucción Segura” consta de dos componentes: la calificación de los trabajadores de la construcción y la sensibilización de los propietarios de las viviendas. Juntos constituyen la base de una reconstrucción segura tras los terremotos de abril de 2015. A continuación, presentamos los pasos esenciales para garantizar que una casa recién construida se mantenga en pie tras un terremoto.
Cuando se cuenta con apoyo técnico se garantiza que se cumplirán las normas mínimas de ley establecidas por las autoridades para las viviendas unifamiliares. Una vez que un ingeniero designado por el Estado confirma que se han cumplido las normas mínimas, los propietarios de las viviendas podrán recibir apoyo estatal por un máximo de 300,000 rupias nepalesas (unos 2,800 francos suizos) para la reconstrucción antisísmica de sus hogares.
Los albañiles debidamente calificados garantizan una obra de calidad. Aplican sus habilidades calificadas en materia de construcción sismo resistente.
La construcción sismo resistente por sí sola no garantiza que las viviendas soportarán un terremoto. Es necesario que los materiales sean de buena calidad y que se usen correctamente. Por ejemplo, es mejor usar piedras largas y planas que pequeñas y redondas, puesto que con las pequeñas y redondas la mezcla no solidifica bien; es mejor usar madera de buena calidad para evitar que se pudra o que se infeste de plaga; y sumergir los ladrillos en agua antes de usarlos para que no absorban la humedad de la mezcla.
La falta de cimientos fue una de las principales causas por las que se derrumbaron tantas viviendas en el terremoto de 2015. Los cimientos son indispensables para que las casas sean firmes y seguras. Los cimientos no sólo sostienen el peso de la edificación, sino que además la protegen de los vientos fuertes. Los cimientos son el anclaje para los refuerzos verticales de concreto.
Los refuerzos veticales se hacen con varillas de acero o de madera situados en las esquinas de las viviendas y fijados por arriba y por abajo. Al moverse el suelo, evitan que las paredes se derrumben.
Las varillas horizontales funcionan como un cinturón que se ciñe a la circunferencia de la casa. Al combinarse con los refuerzos verticales, mantienen la casa firme durante los movimientos sísmicos.
Para los techos es preferible usar materiales ligeros, en vez de losetas de piedra o techos planos de madera, que suelen recubrirse con una capa de tierra. Los techos livianos reducen la carga sobre los muros y los cimientos durante los terremotos.
La seguridad antisísmica aumenta si se respetan las alturas máximas definidas y las formas óptimas. Las edificaciones en forma de L o de U, así como las que tienen muros sin soporte, son menos resistentes a los movimientos sísmicos. Las edificaciones de gran altura y las viviendas con puertas y ventanas muy grandes tienen más riesgo de dañarse en un terremoto.
En esta era de cemento y acero se ha descartado la construcción tradicional con piedra a fin de ahorrar tiempo y dinero. Pero las técnicas centenarias que emplean trabazones, remates y pilares de piedra son mucho más resistentes a los terremotos.
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